Del 5 al 7 de septiembre se realizó en Chimaltenango, Guatemala, la II Asamblea del Movimiento por la Salud de los Pueblos América Latina. Asistieron delegaciones de Argentina, México, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Bélgica, Guatemala y Ecuador.
Los debates giraron alrededor de los nuevos desafíos para la salud de los pueblos frente a la ofensiva neoliberal y luego del fracaso de los proyectos progresistas. Un eje central fue la defensa de la autonomía de los movimientos sociales frente a los gobiernos de turno, más allá de sus orientaciones ideológicas.
En este sentido, la defensa de los territorios ancestrales en manos de los pueblos indígenas fue una decisión fundamental, porque apunta a garantizar la interculturalidad de los procesos y la protección de los derechos ambientales.